Vivimos en una era donde los recursos de autoayuda están más disponibles que nunca: libros que prometen transformación, videos de YouTube con consejos para mejorar el estado de ánimo, meditaciones guiadas e incluso aplicaciones con inteligencia artificial que ofrecen palabras de aliento. Todo eso puede ser útil en ciertos momentos. Pero también es cierto que hay ocasiones en que simplemente no es suficiente. Cuando a pesar de todos los intentos, no te sientes bien con tu vida, con tus relaciones o contigo mismo… es momento de considerar la psicoterapia.
Ir a terapia no significa que estés mal
Una de las creencias más limitantes en torno a la salud mental es pensar que acudir a un psicoterapeuta es un signo de debilidad o de estar “dañado”. Nada más lejos de la realidad. Toma en cuanta esto para saber cuando acudir a un psicoterapeuta:
Si te duele el pecho, vas al cardiólogo.
Si te fracturas un hueso, vas al traumatólogo.
Si te sientes emocionalmente roto, ¿por qué no irías con un psicoterapeuta?
Tu salud emocional merece la misma atención y cuidado que tu salud física. Buscar ayuda no es rendirse. Es actuar con responsabilidad y con amor propio. Lo que sí es preocupante es ignorar por años un malestar emocional, esperando que desaparezca solo, mientras este se acumula, crece y sabotea diferentes áreas de tu vida.
No se va a terapia solo cuando estás en crisis
Una idea equivocada que muchas personas tienen es que ir a terapia solo es necesario cuando ya no se puede más: cuando estás al borde del colapso, en medio de una depresión profunda o después de un evento traumático.
Pero la terapia no es solo un lugar de emergencia, es también un espacio de prevención, de crecimiento y de autoconocimiento.
Ir a terapia puede ayudarte, por ejemplo, a iniciar una nueva etapa de tu vida con mayor claridad. Si vas a comenzar una relación de pareja después de muchas experiencias fallidas, la terapia te da herramientas para no repetir patrones destructivos. Si estás por cambiar de carrera, de ciudad, o vivir una pérdida anticipada (como la jubilación de un padre o una separación inminente), un terapeuta puede acompañarte a integrar ese proceso con mayor conciencia y menos dolor.
Hay momentos de la vida que simplemente nos rebasan
Muchos de los motivos que llevan a una persona a buscar terapia no se ven desde fuera. No siempre hay un drama evidente. A veces simplemente hay una sensación de vacío, de confusión, de no saber cómo vivir ciertas cosas. Eso también es motivo suficiente.
Existen etapas de la vida desconcertantes: convertirse en padre o madre, vivir un divorcio, cuidar a un familiar enfermo, mudarse a otro país, iniciar un negocio, perder un ser querido o simplemente cumplir años y no sentirse en paz con el rumbo que lleva la vida.
Cuando no se tienen herramientas para gestionar esas transiciones, la psicoterapia puede marcar una diferencia enorme. Ayuda a comprender lo que se siente, a resignificar lo que se vive y a tomar decisiones más alineadas con lo que uno necesita de verdad.
No te tiene que gustar la terapia a la primera… pero no la dejes
Es completamente normal que no te sientas cómodo desde la primera sesión o con el primer terapeuta que encuentres. Así como con los médicos, también puede pasar que no hagas “click” con uno y necesites buscar otro. No hay nada malo en eso. Lo importante es no rendirse en el camino.
Hay muchos enfoques terapéuticos: humanista, sistémico, psicoanalítico, cognitivo-conductual, gestáltico, entre otros. Y hay muchos estilos de terapeutas: más directivos, más cálidos, más reflexivos, más prácticos. La clave está en encontrar un profesional con quien te sientas escuchado, respetado y en confianza.
No necesitas tener “el problema más grande del mundo” para merecer ayuda. Si algo te inquieta, si te sientes perdido, o si simplemente quieres conocerte mejor, eso basta.
Señales de cuando acudir a un psicoterapeuta o de que podrías beneficiarte de ir a terapia
-
Sientes ansiedad, tristeza o irritabilidad frecuentes.
-
Tienes conflictos constantes en tus relaciones.
-
Repites patrones que te hacen daño.
-
Estás por tomar decisiones importantes y no sabes por dónde empezar.
-
Has intentado muchas cosas, pero sigues sintiéndote igual.
-
Tienes dificultades para conectar contigo mismo o con tus emociones.
-
Estás atravesando una etapa de cambios importantes en tu vida.
La terapia no es un lujo, es un acto de responsabilidad contigo mismo
En nuestra cultura todavía hay mucho estigma alrededor de la salud mental. No sabemos cuando acudir a un psicoterapeuta y no debe haber vergüenza en pedir ayuda. Así como cuidas tu cuerpo, tu alimentación y tus finanzas, también deberías cuidar tu mundo interior.
Ir a terapia es un acto de valentía y un compromiso contigo. No esperes a estar al borde del colapso para buscar ayuda. No es necesario tocar fondo para comenzar a sanar.
¿Quieres agendar una sesión de terapia?
Si deseas agendar una cita para psicoterapia, Rosario Verduzco te atiende de manera personal o en línea. Haz clic en el siguiente enlace de WhatsApp y con gusto coordinamos tu sesión:
👉 Haz clic aquí para agendar por WhatsApp
Rosario Verduzco
Psicoterapeuta Humanista y Sistémico Familiar
Atención a personas, parejas y familias